Soy casado desde hace 25 años, quiero a mi mujer, pero no estoy enamorado y a veces me atrae tener encuentros con otra mujer y luego no siento cargo de conciencia. Tengo 49 años y soy profesional. No creo que sea para separarse, pero noto que hay muchas mujeres en igual situación.
Una mujer escribió:
Estoy casada hace 15 años ,pero soy muy joven todavía ...estoy casada y vivo con él ,pero no estoy enamorada ...solo quiero que mis hijos tengan una familia normal... Estuvimos separados un tiempo y los niños la pasaron súper mal....estaban muy tristes y el rendimiento escolar bajó muchísimo ...sus cabecitas parecían estar en otro planeta ..No quiero que pasen por lo mismo de nuevo...por eso siento que estoy haciendo un sacrificio por ellos estando con su padre....yo lo quiero pero como un amigo el problema es que cuando llega la noche y se apagan las luces ,yo ya no se que más excusas poner...pero a veces tengo que ceder y para mi es una tortura..
Cuantas parejas al llegar a una etapa de su vida matrimonial, comienzan a despertarse con este sentimiento que posiblemente han tratado de ocultar, negar o evitar. “Ya no estoy enamorad@ de mi cónyuge”.
Algunos se remontan hacia el momento en el cual se comprometieron y manifiestan que quizás no se casaron enamorados, sino porque posiblemente ya venía un hij@, o porque era el siguiente paso a tomar, pero después de tantos años, en los cuales la rutina, monotonía o el desgaste emocional, o tal vez una presente persona que le ha hecho sentir nuevamente ese deseo de volver a experimentar todas aquellas vivencias del enamoramiento, los ha hecho titubear.
No se puede negar que algunos cónyuges han hecho todo lo posible para dedicarse a perder a su pareja, con sus maltratos, infidelidades, constantes enojos, abusos y otras cosas, más, que de alguna manera fracturan la relación y pudieran haber llevado a su pareja a esa duda emocional.
La verdad es que son más y más las personas que se han atrevido a enfrentar estos sentimientos. Algunos han tomado decisiones internas y se han lanzado a vivir en una vida de sufrimiento, y de víctima, la mayoría de veces por los hijos.
Otros han tratado de encontrarse con la verdad y se han dado cuenta que solo buscan una excusa para entrar a una nueva relación o para poner una barrera invisible y así tratar de anestesiar el dolor que le causan los años de sufrimiento, frustración y decepciones.
Pocos son los que pueden ser objetivos y se dan cuentas que el enamoramiento es una emoción normal, pero pasajera, que es importante en la vida de las personas, pero no trascendental a largo plazo. La gran diferencia es, si queremos estar enamorados o decidimos vivir amando
Nos enamoramos por atracción pero amamos por elección, El enamoramiento lleva cierta dosis de ilusión, platonismo, pero la vida se encarga de deshacer toda ese castillo imaginario con la princesa o príncipe perfecto.
El amor conlleva aceptación de una realidad, de las virtudes y defectos del cónyuge, de aquellos buenos y malos momentos, de recibir y otorgar perdón más de setenta veces siete en muchos casos
No estar enamorado, puede ser una realidad en el corazón de algún cónyuge, y no se puede negar o también puede ser una excusa, y eso cada quien tiene que enfrentarse ante su verdad. Lo peor es seguir una vida fingida que le lleve a un estado vegetal, pero podría ser que al aclarar su corazón y mente se dé cuenta que si esta todavía enamorado, no con la misma intensidad, calidad, pero que el sentimiento fue guardado por protección propia o por otra causa
O en el caso de aquell@s que buscan una nueva relación para volver a sentir, y abandonan su estado familiar, se despierten un día con otro sentimiento, y es que perdieron todo por un sentimiento, que nunca se sacia.
En el mejor de los casos como dijo Paolo Coello en una de sus tantas citas, creo que el vivir enamorado siempre viene a ser una actitud de vida, más que un sentimiento.
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